Este año se presenta el nuevo sistema de servicio de copas de vino.
Hasta ahora podíamos escoger entre varias posibilidades por tal de ofrecer a nuestros clientes vinos en pequeñas dosis, y seguir ofreciendo la misma calidad que con la botella recién abierta.
Una, es simplemente servir de una botella normal, de ¾ de litro, que en lugar de ser tapada nuevamente con su corcho, la tapábamos con una mancha de “vacio”.
Este sistema nos sirve para conservar el vino durante un corto espacio de tiempo, ya que lo único que estamos haciendo es bajar la cantidad de aire que dejaremos dentro de la botella, como podemos comprender no se le puede hacer el vacio a un envase de cristal, ya que romperíamos la botella. Al bajar la cantidad de aire, bajamos la cantidad de oxigeno, pero al seguir estando en contacto con el vino, sigue oxidándose.
Otra opción, es antes de tapar con el mismo corcho, introducir una cantidad determinada de gas mezclado, de CO2 Ar y N, mezcla muy pesada que crea un tapón de gas invisible que nos evita la oxidación, al menos mientras no movamos las botellas, el gas se mezcla con el oxígeno y tarda algo más de 30 minutos en volver a crear el tapón físico.
Por último, tenemos las neveras dispensadoras de copas, que nos permiten servir el vino, a una temperatura correcta, y con una muy buena conservación con nitrógeno inyectado, el único pequeño defecto parece ser la cantidad, ya que partiendo de la base que una botella perfectamente cerrada, siempre será mejor el Magnum 1,5 L. que la botella de ¾ L. la conservación en una botella normal a la que cada vez le queda menor capacidad, no será la más apropiada. Sin tener en cuenta que cada vez que cambiamos la botella, el proceso no es lo más rápido del mundo, por lo que los camareros de muchos establecimientos donde se sirven muchas copas, acaban sirviendo muchas veces de la botella, que pincharán en el dispensador al finalizar el servicio.
Ahora tenemos algo nuevo, un sistema que ha puesto en marcha las bodegas Peñafiel, de la D.O. Ribera del Duero, donde al último sistema de vino refrigerado con inyección de Nitrógeno le han sumado una botella de 12L. una Baltasar, donde se soluciona de una tacada el problema de la cantidad, y el de que en un momento de mucho trabajo las botellas se agoten enseguida, además la bodega te obsequia con decantadores marcados con 50cc para que la media botella cuya vida es más corta, desaparezca de la bodega por su lucha por la alta calidad.
Hasta ahora podíamos escoger entre varias posibilidades por tal de ofrecer a nuestros clientes vinos en pequeñas dosis, y seguir ofreciendo la misma calidad que con la botella recién abierta.
Una, es simplemente servir de una botella normal, de ¾ de litro, que en lugar de ser tapada nuevamente con su corcho, la tapábamos con una mancha de “vacio”.
Este sistema nos sirve para conservar el vino durante un corto espacio de tiempo, ya que lo único que estamos haciendo es bajar la cantidad de aire que dejaremos dentro de la botella, como podemos comprender no se le puede hacer el vacio a un envase de cristal, ya que romperíamos la botella. Al bajar la cantidad de aire, bajamos la cantidad de oxigeno, pero al seguir estando en contacto con el vino, sigue oxidándose.
Otra opción, es antes de tapar con el mismo corcho, introducir una cantidad determinada de gas mezclado, de CO2 Ar y N, mezcla muy pesada que crea un tapón de gas invisible que nos evita la oxidación, al menos mientras no movamos las botellas, el gas se mezcla con el oxígeno y tarda algo más de 30 minutos en volver a crear el tapón físico.
Por último, tenemos las neveras dispensadoras de copas, que nos permiten servir el vino, a una temperatura correcta, y con una muy buena conservación con nitrógeno inyectado, el único pequeño defecto parece ser la cantidad, ya que partiendo de la base que una botella perfectamente cerrada, siempre será mejor el Magnum 1,5 L. que la botella de ¾ L. la conservación en una botella normal a la que cada vez le queda menor capacidad, no será la más apropiada. Sin tener en cuenta que cada vez que cambiamos la botella, el proceso no es lo más rápido del mundo, por lo que los camareros de muchos establecimientos donde se sirven muchas copas, acaban sirviendo muchas veces de la botella, que pincharán en el dispensador al finalizar el servicio.
Ahora tenemos algo nuevo, un sistema que ha puesto en marcha las bodegas Peñafiel, de la D.O. Ribera del Duero, donde al último sistema de vino refrigerado con inyección de Nitrógeno le han sumado una botella de 12L. una Baltasar, donde se soluciona de una tacada el problema de la cantidad, y el de que en un momento de mucho trabajo las botellas se agoten enseguida, además la bodega te obsequia con decantadores marcados con 50cc para que la media botella cuya vida es más corta, desaparezca de la bodega por su lucha por la alta calidad.
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