España es el pais que mas consume vino fuera de casa, pero la vida es cambio y hoy más que nunca, traducido al sector del vino significa cambio de tendencias y no solo en el consumo si no también donde consumimos. Las ventas de vino en el sector restauración español llevan dos años consecutivos mermándose. Causas: los controles de alcoholemia en las carreteras y sobretodo el RESTAURADOR, entre los que me incluyo.
Si amigos, si, el Restaurador por su fijación en márgenes desorbitados cargando las botellas con un 200% o 300% por el articulo treinta y tres, sin pensar cuánto ha costado ese vino, que rotación tendrá y cuánto deja de ingresar cada día que esa botella sobrevalorada dormita latente, esperando ser descorchada en la bodega del restaurante.
Pero esto no es todo, hay que añadir la falta de interés por influenciar al comensal, limitándose a entregar la carta de vinos eludiendo cualquier recomendación, sugerencia o novedad simplemente por falta de profesionalidad. Resultado: cartas clásicas, estancadas, sin animo y sobre todo sin IDENTIDAD.
Aparece aquí la figura del inquieto consumidor/a final que disfruta y aprecia los caldos, eso si con su bolsillo mermado por la coyuntura económica y poco dado a excesos en los últimos meses. Cansado de pagar precios injustos en los restaurantes y de ver siempre las mismas referencias, que hace; pues se va a la tienda especializada más cercana donde encontrará mas variedad, mejor precio y además consejo. Solo hay que ver la proliferación de tiendas de vino en los dos últimos años, salen como champiñones. Y si se fijan hasta las grandes suoerficies se están poniedo las pilas en su oferta de vinos....
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